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Los mexicanos hacemos culto y al mismo tiempo nos burlamos de la muerte, madre de todas las verdades; transitamos de la necrofilia a la tanatología, del deceso en la violencia al fallecer en paz.
Jolgorio de las calaveras, rimas y azúcares, tumbas y altares, candelas y vidrio soplado, pan y papel picado, ofrenda de cempasúchil con frutas, tequila y moles; catrinas elegantes, demonios al acecho, ángeles discretos en la danza de los esqueletos.
El Halloween y los narcocorridos, los pseudoperiodistas y lorocutores se tornan panegiristas del terror, poco vale la vida o no vale nada dice la canción; luto y fiesta, el muerto al pozo y el vivo al gozo, muchas son las contradicciones grotescas del regocijo y el dolor.
Los que se fueron permanecen vivos en su viaje al inframundo del Mictlán, los difuntos reciben en el inconsciente colectivo de la nación. Veneramos a quienes merecen existir en el grato recuerdo y perdonamos a los que dejaron deleznable huella.
En la guerra del y contra el narco muchos muertos son noticia en Juárez, Tijuana, Nayarit, Guerrero, Morelos y otras ciudades y entidades, asesinados, acribillados o decapitados; también cuentan los niños del ABC y las mujeres de Juárez. Y la manera de morir puede ser más triste que la propia muerte.
Y en todo esto ¿también están muriendo Dios, la ciencia y el amor? Nietzsche dixit.
El asunto del narco concierne a la libertad individual, a la salud pública y la economía; donde la disputa por los mercados cuenta más. Producción, distribución y consumo creciente, finalmente finanzas, dinero y negocio que conducen al crimen, la violencia y la guerra, entre ellos los criminales y contra el Estado, donde caen inocentes victimas. Violencia y sangre, deleite y éxtasis, hipersensibilidad, evasión de la realidad.
Y si llegara a legalizarse la mariguana en USAmerica ¿Para que sirvieron entonces las vidas y el dinero desperdiciado? Se cumplió con la Ley mas esta dejó de ser eficaz, sabia virtud es conocer el tiempo, amar a tiempo y desatarse a tiempo… ¿Sabremos ahora que hacer?
La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar por que le falta, por que le falta, mariguana que fumar.
A los autos viejos y desvencijados el lenguaje popular los llamó cucarachas y en este sentido varios ámbitos de nuestra economía tienen algo del insecto mencionado (Periplaneta americana), cuando le falta el recurso del narco; cunde el desempleo en la ruralidad mexicana, emigran los jóvenes en esta guerra que debiera librarse en los territorios del consumo de donde proceden las armas con las que se matan y matan los envilecidos.
Lo más critico radica en el riesgo de que el crimen encabece la irritación que causa el mal estar social en el preámbulo de un nuevo tipo de “revolución” si la fatalidad cíclica se cumpliera (1810-1910-2010).
Y mientras tanto la plutocracia imperial transnacional continúa el saqueo de nuestros recursos, desde el petróleo hasta el ahorro popular; entonces, es tiempo en estos días de difuntos mirar la vida al interior de la piel de la nación.
Cortesía desde Coyoacan, México, D.F.
Enviado por Info COCUAC
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