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“A Gadafi no lo han matado porque no han podido” - Horacio Calderón


Buenos Aires, 29 de abril 2011.

Después de 21 visitas a Libia, Horacio Calderón ofrece una mirada distinta sobre la figura de Muamar Gadafi, la rebelión en su contra y los ataques de la OTAN.


Su primer contacto con Gadafi fue en enero de 1976, cuando como director de prensa y difusión de la Universidad de Buenos Aires integró una delegación argentina que viajó a Libia para asistir a un seminario de diálogo islámico-cristiano. Aunque ya conocía y se había interesado por la figura del líder de la Revolución libia, que había llegado al poder pocos años antes, el encuentro personal fue algo que lo marcaría para siempre.
-¿Cómo resultó esa primera experiencia?
-Fue muy interesante, en el sentido que nos encontramos con delegados de casi todos los países musulmanes, por un lado, y del Vaticano por el otro, representados por el cardenal Sergio Pignedoli, subsecretario de estado para cultos no cristianos.  Se buscó crear mecanismos de diálogo entre ambas religiones. Fue algo muy novedoso para esa época.
-¿Qué lo impresionó de Gadafi en aquella oportunidad?
-Gadafi me interesaba mucho desde que llegó al gobierno de su país el 1º de septiembre de 1969, porque está considerado por los grupos islamistas, desde ese momento, como si fuera un hereje. Derrocó al rey Idris, que pertenecía a la orden sufí, pero con reglas bastante estrictas. Porque el Islam tiene, además de la Ley islámica, distintas formas en el marco de la justicia y el derecho musulmán de poner en practica las enseñanzas del Corán. A partir de ese momento, Gadafi empezó a hacer una serie de transformaciones religiosas y sociales: sacó a la mujer paulatinamente de la casa, donde estaba enclaustrada para llevarla a la escuela y posteriormente a la universidad.
-¿A qué rama del Islam pertenece?
-Es sufí, pero de un sector muy moderado. En definitiva, Gadafi adaptó la ley libia de forma que no se pudieran ejecutar los preceptos más complicados como la decapitación. Paulatinamente fue creando un proceso de transformación en su país. Fue lo que me sorprendió en una primera instancia.
-¿Hubo un incremento en la calidad de vida de los libios a lo largo de los años de gobierno de Gadafi?
-Hubo mucha movilidad social, sobre todo porque tuvieron la posibilidad de estudiar. Hay mujeres profesionales. Lo que sucede es que ha habido discriminación en sectores que no son cercanos al régimen. Pero en definitiva el problema es que los libios no quieren trabajar, porque se consideran un país rico.
-¿Cómo es eso?
-Son más o menos dos millones y medio de libios, después están los extranjeros. Ellos dividen los ingresos y dicen que podrían ser ricos con estos ingresos por habitante. De hecho Gaddafi les ha dado unidades agrícolas, granjas, que las han dejado extinguir por vagancia, o han tomado trabajadores esclavos de otros países. Él tiene muchos problemas para implementar su proyecto. Detrás de todo esto está el hecho de que es una sociedad tribal. Son 150 tribus, de las cuales 15 son las principales.
-¿Es verdad que Gadafi vive en tiendas de campaña?
-Yo no conozco palacios en Libia. Las fotos que hay son del palacio de España. La casa de él consta de dos plantas. A mí me festejaron un cumpleaños en la casa de los ministros y no tenían nada. No existe esa fastuosidad. Son casas de grandes espacios, porque a ellos les gustan los lugares amplios. Además, las mujeres están en un lugar y los hombres en otro. No existe lo que se daba con Saddam Hussein.

DEL DESIERTO AL PODER
-¿Cuándo fue la última vez que vio a Gadafi?
-En marzo de 2007, cuando estuve con él en un fuerte en el desierto de la ciudad de Sebja donde les habló a los jefes de las tribus. Fue muy interesante estar ahí.
-¿Qué fue lo que observó usted a lo largo de sus visitas?
-Lo que me asombró fue su historia personal. Era hijo de pastores beduinos, gente sumamente pobre. De chico tuvo una gran vocación por el estudio, al punto que caminaba mucho desde su casa a la escuela y se quedaba a dormir en el piso de la mezquita por las distancias que lo separaban de su hogar. Siempre tuvo gran interés en superarse. Una anécdota: en el colegio le hacían problema por el acento beduino que tenía. A raíz de eso empezó a estudiar hasta adquirir un árabe clásico.
-Entonces, además de ser un hombre de acción, es un intelectual.
-Sí. Por ejemplo, una de las cosas que me llamó la atención fue que dentro de las reuniones que se realizaron en el seminario de diálogo islámico-cristiano, Gadafi discutió de teología comparada con un conocimiento bastante certero, al punto de explicar el porqué de la ubicación exacta de la ciudad del Vaticano. Además, es una persona que ha hecho gala de una enorme astucia política. Un antiguo director de la CIA decía que es más astuto que dos zorros del desierto. Y yo creo que de alguna manera lo ha demostrado. El problema es que ha implantado un sistema político en Libia, que de alguna forma es anárquico. Le responde a él, hay una verticalidad con respecto a su persona. Es anárquico porque él le dijo a los libios “cada uno de ustedes es Gadafi” y el problema es que se lo creyeron.
-¿Es lo que está ocurriendo en este momento?
-Hay un desgaste entre sectores medios e inferiores de la gente que conduce. El que lidera un comité popular puede tener una posición contraria a la de otro y coexistir. Ahora, va a ser muy difícil, si derrocan a Gadafi, poder tratar con los libios. Están abriendo las puertas a un modelo que en el mejor de los casos podría parecer al de Irak, y en el peor de los casos al de Somalia. Es una especie de neocolonialismo posmodernista. Puede ser un estado fallido con presencia de grupos islamistas.
-¿Por qué?
-Desde la inauguración de su gobierno en Libia hasta la fecha, todo lo que ha hecho  Gadafi ha sido en contra de las escuelas de pensamiento extremista del Islam sunita. En mayo de 1984, estando yo en el aeropuerto de Trípoli, asistí a lo que fue un intento de asesinato de Gadafi, que fue abortado. Eran grupos de la hermandad musulmana de Egipto, rama Libia.
UNA POSTURA PARTICULAR
-Pero en los 80, Gadafi era el malo de las películas: apoyaba al terrorismo y gente suya derribó el avión en Lockerbie, Inglaterra.
-Conocí un Gadafi determinado desde 1976 hasta 1985. Durante ese período, tuve las entrevistas más importantes. Me parecía una persona que tenía un enfoque determinado de las cosas. Luego sucedió el atentado de Lockerbie. Creo que Gadafi nunca dio la orden de cometer ese atentado. Tampoco Musa Kusa, el excanciller de Gadafi que desertó y se fue a Gran Bretaña. Si tuvieran algo que ver alguno de los dos, Musa Kusa estaría preso.
-Según lo que me dice, Gadafi no ordenó el atentado.
-Creo que no hubo orden de Gadafi para atentar contra el avión, pero justamente basándome en este sistema anárquico, no descarto que pueda haber existido una participación. De los dos únicos libios acusados, uno fue absuelto, y el otro fue dejado en libertad por un supuesto cáncer y a cambio de que Libia no apelara el juicio. Acá hubo un supuesto crimen, un atentado terrorista cometido por un estado. Además hubo una voluminosa suma de dinero en compensación por los muertos. En lo personal, fue una inmoralidad. Desde 1988, año de los de Lockerbie, hasta 1999 yo no quise volver a Libia hasta que este tema quedara resuelto. Esto resintió mi relación con ellos.
-Pero apoyó algunas agrupaciones armadas internacionales.
- Sí, apoyó a movimientos de África y América Latina, incluso a la ETA y al IRA. Pero en Argentina, durante los 70, no apoyó a ninguno de los bandos enfrentados.
-¿Qué posición ocupaba en el mundo bipolar de la guerra fría?
- Era una tercera vía contra el capitalismo liberal y contra el comunismo. Muy clara. Tiene puntos en común con la tercera posición justicialista de Perón. Lo que sucede es que, desde el punto de vista geopolítico, al tener Gadafi una posición contraria radical a Israel, necesitó el respaldo de la URSS -no siendo él ni siquiera izquierdista- para lograr un equilibrio contra las presiones que tenía por parte de Europa y los EEUU.
EL GOBIERNO DE TODOS Y POR TODOS
-¿En qué consiste el Libro Verde?
-Es una crítica radical a la democracia clásica moderna. Impugna todas las instituciones propias de este sistema de gobierno: impugna la existencia de partidos políticos, de un parlamento, o del referéndum. No acepta ni el sistema de sufragio universal. Él habla del gobierno de todos y por todos. Para que entendamos, la forma concreta de la aplicación de esa teoría en Libia, sería como si el único sistema representativo de Argentina estuviera constituido exclusivamente por unidades básicas justicialistas en todo el país. O comités radicales. Entonces los órganos de democracia directa, como él la llama, estarían constituidos por estos comités populares de base, que a su vez reportan a los distritales, regionales, etc., hasta culminar en el Congreso del Pueblo, que es en definitiva el que en conjunto elige las autoridades del país. Por eso Gadafi no tiene cargo en Libia; él empezó como jefe del Consejo del Comando Revolucionario, que fue el primer órgano militar a partir de 1969.
-¿Quiso Gadafi expandir este sistema de gobierno?
-Aspira a una replicación universal. En el Libro Verde habla de dos grandes pilares: la religión y el nacionalismo. Puedo entender que lo que propone es válido desde el punto de vista de la religión católica y desde el nacionalismo de un país determinado. Su libro está traducido en 70 idiomas. En definitiva, el Libro Verde está escrito para ser estudiado, porque él es un impugnador de la democracia al estilo occidental.
Conspirador nato
-¿Cómo fue que Gadafi se metió en política?
-Es una persona que llegó al gobierno de su país a los 27 años siendo capitán, y diría que prácticamente estuvo conspirando desde que tenía 15. Al margen de su carrera militar, ya militaba dentro de los colegios. En su momento, lo habían expulsado a raíz de una manifestación. Estudió en Sebha, una ciudad clave ubicada en el medio del desierto, en la mitad de Libia, donde se rebeló contra un profesor inglés de apellido Johnson, junto a un grupo de amigos con los que llegó a la conclusión de que nunca iban a alcanzar el gobierno de Libia si no eran parte de las Fuerzas Armadas. Entonces, se metieron y fueron tejiendo contactos en las Fuerzas Armadas. En ese período lo mandaron a estudiar a Gran Bretaña y volvió a Libia para poder continuar con el golpe. Eran 12 miembros de una organización que se llamó Movimiento de Oficiales Unionistas Libres, que era un equivalente a lo que hizo Nasser en Egipto, y también un paralelo con el Grupo de Oficiales Unidos de Perón.
-¿Cómo se dio el golpe?
-Duró tres años aproximadamente. Tomaron de manera incruenta el poder cuando el rey Iris se encontraba fuera de Libia. La idea de Gadafi era una idea unionista territorial. Hoy Libia se divide en tres regiones: Fezan, Cirenaica y Tripolitania. Por eso, ahora la divisiones entre este y oeste son tan claras. Libia está compuesta por 150 tribus, de las cuales 15 forman parte de los dos pilares que sostienen el régimen actual; el otro son las Fuerzas Armadas integradas por miembros de estas tribus, que, dicho sea de paso, no le han quitado el apoyo.
SU GOBIERNO EN JAQUE
-¿Quiénes son los que se rebelaron ahora? Los medios en general hablan de tribus descontentas.
-Lo primeo que uno veía en Al-Jazeera era que Gadafi atacaba con aviones a los rebeldes. Entonces busqué corroborar la información con gente vinculada a la inteligencia norteamericana, no activa, y la verdad es que no había rastro de imágenes satelitales de aviones atacando. Hago el paralelo con la revolución del 55 en Argentina, en la que con bombas rudimentarias murieron 500 personas y hubo más de 1000 heridos. Calculemos, con un misil de este tipo de aviones volaban media plaza. Gadafi no tiene un problema similar a lo que pasó en Túnez o en Egipto. Es totalmente aparte. 
-Según usted, ¿qué fue lo que pasó?
-Inicialmente, fue un Golpe Comando en el que se secuestraron policías, los ahorcaron y quemaron en frente de todos. También quemaron el Palacio Popular para provocar una respuesta de Gadafi. Anteriormente, en noviembre, el jefe de Protocolo de Gadafi, quien había viajado a Francia, fue reclutado por los Servicios Secretos galos. Él dio los contactos en Benghazi, porque como jefe de Protocolo sabía quién estaba a favor y quién en contra. Luego, el filosofo Henry Bertrand-Levy convence a Sarkozy: hace una reunión, lleva a los libios rebeldes que estaban encabezados por el exministro del Interior, Abdel Fattah Younis al Abidi, y por el ministro de Jusitica, Mustafa Abdulyalil.
-Entonces, ¿fue Francia la que agudizó la situación actual de Libia?
-La que ha iniciado todo esto es Francia, a la que después se sumó Inglaterra. El gran ideólogo fue Sarkozy. Ellos venían con la mochila de la mala actuación que habían tenido en el conflicto de Túnez, en el que la canciller quedó vinculada a actos de corrupción. Esa fue la razón por la que el presidente francés tomó esta iniciativa. De manera paralela, se suma la mala imagen que tiene Sarkozy frente a las próximas elecciones: los franceses, históricamente, nunca han estado en contra de intervenciones, porque para ellos mejora la imagen del país. En tercer lugar, al margen de una cuestión de política doméstica, se trata de una confrontación entre Gran Bretaña y Francia, por un lado, y Alemania e Italia, por el otro. Es como mandar un mensaje. De alguna forma Francia se siente como segundona frente al poder de Alemania. Lo que ha demostrado Francia es que es uno de los pocos países europeos, junto con Gran Bretaña, que proyecta poder más allá del continente.
-British Petrolium tiene activos en el Golfo de Sidra, la zona de Benghazi. ¿Estaban amenazados esos recursos?
-No amenazados, pero no es lo mismo negociar los recursos con un país que es soberano y dueño de su petróleo, que quedarse con el petróleo y con las condiciones.
-Entonces, según su análisis, estos países aprovecharon un caldo de cultivo rebelde, pero que no se identifica con tribus enteras.
-Si la tribu Warfalla, que es la más importante de todas, con un millón de miembros, se levantaba en contra de Gadafi, no hubiera quedado nada del líder. Después está la Gaddafa, a la que pertenece Gadafi, que también es importantísima. Es la que tiene más relevancia y la que ejerce los cargos más importantes. Después son 15 tribus en total, además de la tribu de su mujer, Al Barazi, que también tiene bastante injerencia dentro del gobierno de Libia. No le han quitado el apoyo, incluso la lealtad tribal, en ciertos casos, ha sido secundaria, primando la lealtad directa a Gadafi. Hay familiares peleando entre ellos. Yo trato de ser lo más objetivo que puedo al respecto. Si los miembros de las 15 principales tribus, que integran las Fuerzas Armadas y la Brigada Hamish, estuvieran en desacuerdo, probablemente se hubieran levantado en contra del líder libio.
-¿Quién lidera la oposición?
-El exministro de Justicia, Mustafa Abdulyalil, y el exministro del Interior, Abdel Fattah Younis, quienes estuvieron en funciones hasta hace 50 días. Si ellos son los representantes de la rebelión y están respaldados por un fuerza, que incluso ha trascendido el mandato de la ONU, a mí me da la impresión de que el objetivo de esto no es salvar la vida de civiles desarmados. Lo que me da la pauta de todo esto es la conducta de doble estándar de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que votaron a favor de la intervención. Obama, dubitativo, ha estado muy influenciado por Hillary Clinton, secretaria de Estdado, Susan Rice, embajadora de los EEUU ante las Naciones Unidas, y Samantha Power, asistente especial del presidente, la arquitecta de esto. Es una vergüenza, porque por un lado se utiliza como instrumento el Derecho Humanitario Internacional (R2P) y, por otro, no se contempla la misma posición con casos como el de Yemen o Siria. 
-¿Los EEUU se vieron arrastrados por la intención de Gran Bretaña y Francia?
-EEUU no tiene intereses estratégicos en Libia. Acompañó. Este trío de mujeres, que impulsó y convenció a Obama de no parar la intervención y de participar de manera activa en las primeras etapas. Pero hubo divergencias dentro del Consejo de Seguridad; estamos hablando de los miembros con poder de veto y de los que no lo tienen. Brasil, por ejemplo, se abstuvo; Alemania, no se opuso por conveniencias y estrategias geopolíticas. China tampoco podía oponerse a una decisión respaldada por una minoría de la Liga Árabe, liderada por Arabia Saudita, porque depende del petróleo que le manda el país árabe. Por su parte, a Rusia le conviene que los EEUU se vayan empantanando en distintos escenarios para impulsar su propio resurgimiento geopolítico.
-¿Cómo imagina que va a terminar esta intervención de Occidente?
-Creo que es un final abierto a tres escenarios. Uno sería la partición de Libia en el marco de una guerra civil. El otro escenario es un derrocamiento del régimen de Gadafi a través de una intervención militar con fuerzas terrestres. Esto provocaría una presencia masiva de elementos extremistas islamistas, porque podrán levantar como estandarte la presencia de tropas extranjeras. Hay de hecho clérigos de Al Qaeda llamando a una guerra santa contra Gaddafi y los extranjeros presentes. El tercer escenario es el más grave: un modelo tipo Somalia con un país totalmente fraccionado.
-¿Los aliados tratarán de eliminar físicamente a Gadafi?
-Creo que no lo han matado porque todavía no han podido. Si Francia puede identificar el lugar donde está, lo mata. Muerto Gadafi es un problema menos. O un problema grave a futuro. No veo probable que se permita que Gadafi gane esta guerra. Hubiera ganado de no ser por la intervención francesa.

Publicado en: Internacional

Opinión: Chávez colaborador de la oligarquía colombiana



Cosas de la vida: hace unos años Chávez iba por la vida tratando a medio mundo de “cachorros” o “peones” del “imperio”. Pero vía Colombia, el imperio ha podido empezar a disciplinar al díscolo venezolano. 


Al imperialismo le bastó apretar un poco a Chávez para asustarlo, demostrando así que éste carece de valor y temple para ser un anti imperialista consecuente. Para acobardar a Chávez bastó que la oligarquía colombiana lo amenazara con los computadores de Reyes, lo chantajeara con informes del Departamento de Estado gringo y de la DEA que manifestaban su preocupación porque Venezuela se “estaba convirtiendo en un corredor para el narcotráfico” y con otras bufonadas de machotes, como mandar a decirle por boca de Uribe, “sea varón”. Uribe, jugando al policía malo ablandó a Chávez, lo quebró, lo acorraló, lo desmoralizó. 


Luego Santos llegó con la rama de olivo en la mano, jugando al buen policía, terminando así Chávez de sucumbir a la oligarquía colombiana que ahora lo tiene comiendo de su mano. 


Y que lo tienen donde lo quieren: colaborando generosamente con el Plan Colombia y con la estrategia contrainsurgente colombiana que ha dado el “Salto Estratégico” buscando la criminalización de cualquier expresión política aún lejanamente afín a la insurgencia.



José Antonio Gutiérrez D.

25 de Abril de 2011
Fuente: Pensamiento Crítico

"Montevideo y 11" este jueves 28 de Abril del 2011



*Presentamos el recientemente editado CD de
ALBERTO "Chango" RODRIGUEZ 
 *lanzamos el Bloque de Artes Visuales
de la Profesora CECILIA SOTO,
y desde La Falda, Provincia de Córdoba, 
*comunicación con
CUCO GUZMAN en el V Simposio Internacional 
"La representación en la ciencia y el arte" 
organizado por la Universidad Nacional de Córdoba. 
JUEVES 28 DE ABRIL
DE 17 A 19 (Hora argentina) 
POR FM DIFUSION 98.1 
 

"Chupete" - el Orloff



Es fácil darse cuenta de que un caballo con treinta años de servicio en el lomo ya lo dio todo, viendo la evidente torpeza motriz del intenso y acumulado servicio como  integrante de la Fanfarria Militar “Alto Perú” del Regimiento de  Granaderos. 
De no mediar la intervención de la naturaleza, hubiera sido víctima del inexorable descarte.

Por eso el caballo de nuestra historia tenía algo más.
Los hombres de Caballería, acostumbrados al contacto con estos magníficos  animales, advirtieron que este compañero protocolario tenía virtudes que lo  diferenciaban.  La Jefatura dispuso entonces que el efectivo: “Chupete”, tal su nombre, "pasara a retiro con el grado de "Suboficial Principal" y que pudiera deambular
libremente y a voluntad por el Cuartel, haciéndose responsables todos los  integrantes de la Unidad de su bienestar y si el animal - en su licencia -  elegía para descansar un box distinto al que le pertenecía, no debería ser  molestado".

Cuando mansamente se distendía en los márgenes de la caballeriza y oía, a lo lejos, acordes de la Fanfarria montada que se aprestaba a partir hacia un acto, ladeaba las orejas y en forma rauda e intempestiva se dirigía a reunirse con la comitiva, tomando su lugar de timbalero (caballo sin jinete), en la formación, en donde nadie se lo impedía, excepto cuando se lo apartaba y amarraba con un cinto al cuello, antes de traspasar los umbrales de salida del Regimiento, adonde se quedaba con las ganas.
Cuántas historias de amistad y respeto fluyeron en torno a este caballo.
En la última etapa de su vida del año 1992, se desplomaba de cinco a seis veces al día, y los soldados, solidarios con el camarada, lo ayudaban con arneses a reincorporarse.
 En abril de ese año cayó circunstancialmente en el jardín histórico, y sus lánguidos ojos y sus rodillas vencidas indicaban que ya no iba a levantarse.

La Jefatura con dolor, a poco de conmemorarse el “Día de la Caballería”, ordenó sacrificarlo en ese mismo lugar y allí darle sepultura. El Suboficial Mayor Oropesa que lo había montado todos esos años, fue mudo testigo de esta despedida. Nadie pronunció palabra alguna, sólo había nudos en las gargantas.

Y cuando todo parece perdido y nos circunda la tristeza, aparece nuevamente como auxilio la imagen amiga de “Chupete” en el recuerdo, empujando con su hocico la puerta trasera del Escuadrón Chacabuco, en espera mañanera, que soldados le sirvan su ración diaria de mate cocido y pan, en su balde, que comparte, como de costumbre, junto a ellos.

La placa de homenaje en el Jardín Histórico del Regimiento dice:
Aquí descansan los restos del caballo “Chupete”, último exponente de la raza Orloff que prestara
servicios en esta Unidad durante 30 años ininterrumpidos como timbalero”.
Fuente:
Veintemilla, Sarg Ay Héctor Omar – (testimonio)
Urueña, Pedro Alberto – 
Presidente de la “Asociación de Granaderos
Reservistas de la República Argentina” – (texto).
 
 "Todos caminan, pero pocos son los que dejan huellas" (José Narosky - Escritor argentino 1930)

INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY (25 de abril de 1842)

El Virreinato del Río de la Plata fue creado en 1776 por el rey Carlos III, integrando en su jurisdicción los actuales territorios de Argentina, Uruguay, Río Grande del Sur y Santa Catarina actual Brasil, Paraguay, Bolivia y el norte de Chile. La creación del nuevo Virreinato del Río de La Plata desligó al Paraguay del Virreinato del Perú. La capital del nuevo virreinato se hallaba en la ciudad de Buenos Aires.
La creación del virreinato obedeció a la necesidad de organizar mejor la administración del extenso territorio acosado por el contrabando y la constante penetración de los portugueses y holandeses.
En 1782, se estableció en el virreinato el régimen de las intendencias. Asunción era, en la Provincia o Intendencia del Paraguay, la única población con categoría de ciudad. La zona al sur del río Tebicuary y al este de la cordillera de Caaguazú por su parte correspondía a la Gobernación de las Misiones Guaraníes (o Provincia Subordinada de las Misiones) constituida con los restos de las Misiones Jesuíticas que pudieron quedar bajo control español.
En 1806 y 1807 se producen las Invasiones Inglesas que ocupan las zonas del Virreinato del Río de la Plata correspondientes a la Banda Oriental y a gran parte de Buenos Aires, desde Asunción y desde Córdoba se enviaron tropas que apoyaron en la victoria contra los atacantes.
En 1810 llegó a Buenos Aires la noticia de que España había sido ocupada por tropas francesas de Napoleón Bonaparte. Los patriotas argentinos prepararon el movimiento revolucionario. En Buenos Aires se reunieron en un Cabildo Abierto y establecieron la Primera Junta (25 de mayo de 1810) con el objetivo de formar un congreso de todas las provincias del Virreinato del Río de La Plata, es la Revolución de Mayo.
En 1810, debido a la Primera Junta independiente de Buenos Aires, el gobernador realista de Asunción, Bernardo de Velasco remitió a Buenos Aires una nota comunicando la separación de la Provincia del Paraguay del Virreinato del Río de La Plata, Velasco y sus adeptos formaron una junta el 24 de junio de 1810, junta que reiteró su fidelidad a la monarquía española de Fernando VII.
En 1811 las tropas al mando del General Manuel Belgrano marcharon en una expedición para libertar al Paraguay, pero fueron derrotadas en la batalla de Tacuarí (9 de marzo de 1811) y en la de Paraguarí por las tropas locales, hasta entonces declaradas realistas.
Las tropas vencedoras asumieron una nueva identidad y el 14 de mayo de 1811 estalló el movimiento revolucionario paraguayo, dirigido en lo militar por el capitán Pedro Juan Caballero, Fulgencio Yegros, Vicente Ignacio Iturbe y Mauricio José Troche y en lo político por Fernando de la Mora, Juana de Lara, Juan Valeriano Zeballos y José Gaspar Rodríguez de Francia, quienes intimaron al Gobernador Velasco a unírseles. Zeballos y Francia asumieron entonces un cogobierno con el funcionario español. Velasco sería destituido antes de un mes.
El 17 de junio de 1811 un congreso nombró una junta gubernativa presidida por Fulgencio Yegros. Se estableció un proyecto de confederación entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y Paraguay (inclusive llamando a la integración de toda Latinoamérica), pero los intereses contrapuestos de las elites porteñas y asuncenas chocaron a despecho de las intenciones de los patriotas y los pueblos, tal desinteligencia fue incentivada por el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. El 12 de octubre de 1811 se firmó con el enviado de Buenos Aires, el General Manuel Belgrano, un Tratado de Amistad, Auxilio y Comercio.
Apoyado por la diplomacia brasileña, un Congreso general reunido en Asunción del Paraguay se declaró independiente de la Confederación Argentina el 25 de noviembre de 1842. En diciembre los cónsules Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso comunicaron a Rosas la declaración de la independencia paraguaya. 

El 26 de abril de 1843 Rosas les contestó diciendo que debido a que la Confederación "estaba en guerra con todo el mundo" no podía reconocer dicha independencia, pero aseguraba a la vez en tono conciliador que "jamás las armas de la Confederación Argentina turbarían la paz y la tranquilidad del pueblo paraguayo". 


Fuente: Wikipedia



Bonicatto habla sobre la situación de la Plaza de las Artes (La Plata)


EL DR. CARLOS BONICATTO
DEFENSOR CIUDADANO DE LA PROVINCIA
DE BUENOS AIRES:  HABLA SOBRE EL 
ESTADO DEL RECLAMO POR 
EL CIERRE DE LA PLAZA DE "LAS ARTES"
TEATRO ARGENTINO DE LA PLATA

Entrevista a Horacio Calderón acerca de la situación en Siria y en Libia



Buenos Aires, 20 de abril 2011.
LOS PLANES DE INVASION TERRESTRE A LIBIA
 y LA CRISIS EN SIRIA
Horacio Calderón fue entrevistado ayer en CNN en Español por la periodista Patricia Janiot, en el espacio "Nuestro Mundo", que la prestigiosa periodista conduce diariamente en esta cadena de noticias.
Nuestro Director reitera una vez más su conocida posición que, desde el inicio de los primeros acontecimientos en Libia, denuncia que los ataques lanzados por parte de quienes llama la "Coalición de los Hipócritas" no tienen otro objetivo que derrocar el régimen del coronel Muammar Khadafi y apoderarse de las riquezas naturales de este país.
En esta oportunidad aborda también  la crisis en Siria, comentando en qué consiste la estructura del poder que sostiene al régimen alawita del presidente Bashar Al-Assad.

Link al vídeo en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=EAlwew7Bb4I

Nueva visión de la Triple Alianza

Acaba de presentarse en Buenos Aires el libro “Guerra del Paraguay: la Triple Alianza contra los países del Plata”, del ingeniero argentino Leonardo Castagnino, componente de un cada vez más crecido núcleo de investigadores que luchan contra la aburrida exposición de estereotipos sobre los hechos del pasado.


Una nota de Jorge Rubiani en ABC Digital de Asunción del Paraguay.
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Nueva vision de la Triple Alianza
Reporteros gráficos en un laboratorio durante la Guerra contra la Triple Alianza.
El libro de Castagnino  también está lejos de la reiteración de concepciones dogmáticas o el simple regodeo por la simplificación o el   reduccionismo en el abordaje de los mismos. Estos nuevos cultores de la historia provienen, por   lo general, del concreto mundo de las matemáticas o del abstracto universo de la ingeniería, con   un sentido racional de la honestidad intelectual que les impide aceptar “gato por liebre”.     


En un aparte, tras la presentación realizada el pasado 5 de abril en La Manzana de las Luces, Leonardo Castagnino se prestó al siguiente reportaje para ABC Color:


–¿Subsisten en la historiografía argentina las corrientes “unitarias” o “federales”? Y si   existen, ¿se asocian también estas corrientes entre una visión “porteña” o la del interior   argentino?   
–Es evidente que subsisten ambas corrientes, que no solamente se limitan a la historia   en sí misma. Sin embargo, creo que muchos confunden los términos, y mientras se   autodenominan “federales”, actúan como “centralistas”. Otros, por desconocimientos o intereses,   navegan con un pie en cada canoa. La visión porteña no es tan visible, pero subsiste aunque   algunos no la vean o la soslayen. Y su hegemonía sigue siendo preponderante sobre el interior.    


Muchos no lo ven claramente, o se hacen los distraídos. De hecho, considero a esa guerra como   un eslabón más de las luchas de la antinomia “civilización o barbarie”, o de la hegemonía porteña   contra el interior.    


–Algunos títulos definen de antemano la interpretación de un hecho histórico. ¿El suyo   considera la Guerra de la Triple Alianza como atentatorio al desarrollo o consolidación de   las Repúblicas del Plata?   
–El Paraguay antes de la guerra tenía un desarrollo propio mayor que el de sus vecinos. Su pueblo   en general era mucho más instruido y no tenían luchas intestinas. Paraguay no estaba endeudado   y trabajaba para sí mismo. Si consideramos que Paraguay era integrante de los “países del Plata”, es evidente que el conjunto se niveló hacia abajo, y en vez de copiar la experiencia y desarrollo   paraguayo, lo destruyeron. Así lo interpretó también Juan Bautista Alberdi. Del mismo modo lo   vieron muchos en las provincias interiores, que se opusieron abiertamente a la guerra. Considero   que hubo dos ganadores: el Imperio brasileño, que se quedó con un tercio del territorio paraguayo   y logró su injerencia en el resto, y los británicos, que endeudaron a todos los partícipes de la   guerra por varias décadas.    
   
–Un número especial de Folha de São Paulo, de noviembre de 1996, había considerado la   Guerra del Paraguay como el acontecimiento más importante para el paso del Imperio a la   República en 1889. ¿Tuvo para la Argentina la misma importancia?   


–Creo que la guerra fue funesta para los tres países (Paraguay, Argentina y Uruguay). Por   supuesto que Paraguay sufrió la peor parte. Si algo tuvo de positivo para la Argentina, fue   que quedó al descubierto el cretinismo de nuestros dirigentes, en especial Mitre, a quien los   brasileños “le hacían escupir dulce y tragar amargo”. La historia oficial, inventada entre otros por el   propio Mitre, se ocupó de callar, ocultar o tergiversar la verdad.    


–La historia de las naciones parece reservar a algunos personajes, no ya la categoría   de “héroes” o “villanos”, sino de malditos. ¿Es Juan Manuel de Rosas el “maldito” de la   historia argentina?
–En principio, la historia trató de ocultar la figura de Rosas. Fue precisamente un hombre de   extracción liberal, amigo de Mitre y de Sarmiento, quien se decidió a escribir la historia de Rosas,   que hasta entonces se había ignorado. Digamos que en principio creyó escribir la historia de la   tiranía, pero cuando terminó su obra, la figura de Rosas se vio favorecida, para disgusto de Mitre.    


En un principio, su obra se tituló “Historia de Rosas”, y en las ediciones posteriores “Historia de la   Confederación Argentina”. Fue el inicio de una corriente histórica que llamamos “revisionista”, en   contraposición de la llamada “historia oficial”, que ignoraba o denostaba la figura de Rosas. La   polémica entre ambas corrientes continúa en el presente. A mi modo de ver, Rosas es el maldito   de una falsa historia, creada por sus adversarios y enemigos.    
   
–¿Cómo juzga el papel de Urquiza antes y durante la guerra? ¿Puede interpretarse su muerte   como una especie de revancha por lo sucedido en Cerro Corá?   
–Urquiza, además de un caudillo de peso y de aptitud militar, fue un ególatra y un comerciante   inescrupuloso. Tenía la habilidad de “navegar con un pie en cada canoa”, como dije antes,   manteniendo su posición entre dos posiciones opuestas, para ver la conveniencia de inclinarse   para una o la otra. Tuvo esa actitud en muchas ocasiones, como en vísperas de Caseros y   luego en las luchas civiles entre porteños y caudillos del interior, a quienes no desautorizaba ni   combatía. La misma actitud tomó entre López y Mitre, manteniéndose en un equilibrio inestable,  hasta que vendió al imperio todos los caballos de Entre Ríos. Entonces sí definió Urquiza su   posición, y en mi libro lo desarrollo con detalle. La muerte de Urquiza fue la reacción de su propia   gente de confianza, revelada contra tanta traición; entre esas traiciones, la guerra contra los paraguayos,  a quienes las provincias interiores en su conjunto sentían como pueblo hermano, enfrentados a   porteños y brasileños.    


–¿Qué consejo daría a sus futuros lectores paraguayos para el abordaje de su obra?    


–No me siento con mérito suficiente para dar consejos a los lectores paraguayos. En todo caso,   les diría que no escribí esa obra con ánimo de enseñarles a los paraguayos la historia de su patria, sino más bien estudié para comprenderla yo mismo. La escribí para dejar testimonio   de ella respetando en lo posible lo que tengo como verdad, y como digo en el prólogo: lo hice   en homenaje a miles de hombres y mujeres y, en particular, niños inocentes que murieron   injustamente en esa guerra funesta.


1- El Paraguay, antes de la guerra, tenía un desarrollo propio mayor que el de sus vecinos. Su pueblo, en general, era mucho más instruido y no tenía luchas intestinas. Paraguay no estaba endeudado y trabajaba para sí mismo.


2-  Considero que hubo dos ganadores: el imperio brasileño, que se quedó con un tercio del territorio paraguayo y logró su injerencia en el resto, y los británicos, que endeudaron a todos los partícipes de la guerra por varias décadas.


3- Si algo tuvo de positivo para Argentina, fue que quedó al descubierto el cretinismo de sus dirigentes, en especial Mitre, a quien los brasileños “le hacían escupir dulce y tragar amargo”. La historia oficial  se ocupó de tergiversar.
Jorge Rubiani
Asunción del Paraguay
19 de Abril de 2011

Sólo para amigos. Paco nos recomienda este video.



De la BBC, claro. ESPECTACULAR..
 
Click en:


Lo dejamos cerrado para que lo abras vos haciendo click ahí. 
Felicitaciones y/o quejas dirigirlas a Paco.
De nuestra parte, gracias por compartir esta maravilla.
Nos permite comprender mejor qué hacemos en este mundo.
Nos falta estar más convencidos de para qué lo hacemos,
además de para sobrevivir.

Un anticipo gracioso de la próxima versión del libro de Milo Auerbach



Nuestro amigo Milo Auerbach, el chico que se crió en la calle Nueva York y escribió un libro con sus recuerdos sobre esa etapa de su niñez-juventud, nos envía tres nuevas anécdotas que serán incluidas en una nueva versión de esa publicación. ¿Las compartimos? 
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La eficacia de un jabón.
              Dado al carácter jovial, mis padres lograron tener muchos amigos. No solamente vecinos sino también de otras ciudades que buscaban acercarse a ellos. Lo pasaban muy bien con sus cantos y los chistes que mi papá solía contar. Yo también participaba a veces de las alegres tertulias en mi casa.
              En una de las que estuve presente, una de las mujeres cuya amistad mantuvo hasta sus últimos días, comentando la eficacia del  producto de limpieza "Jabón Lux en escamas", de reciente aparición en el mercado, dijo lo siguiente: -Ese jabón es extraordinario. No solamente es bueno para ser usado en la limpieza de medias de seda y demás prendas delicadas, como dice la propaganda, sino también es buenísimo para otros usos. Yo probé lavarme la cabeza con él, y, de no creer cómo limpia ese jabón, el agua salió renegrida....-
El robo
              Conozco poca gente que alguna vez no fue víctima de un hurto o robo. A nosotros nos robaron varias veces. La primera de ellas vale la pena ser contada.
              No hacía mucho tiempo que me había casado. Salimos por dos horas a visitar a mis padres que vivían a pocas cuadras. Al volver, un panorama desastroso se presentó ante nuestros ojos. Vidrios rotos y el dormitorio revuelto. Las puertas del ropero forzadas sin las joyas que allí teníamos guardadas.
              Por supuesto, fui a la policía para denunciar lo sucedido. Después de no corta espera, me recibió el oficial de guardia. Una persona alta, delgada con un uniforme impecable en el que se destacaba una blanca camisa y delicada corbata. Muy ceremonioso y con aires de culto oficial sentado frente a una máquina describir, comenzó preguntando nombre y apellido, edad, estado civil, domicilio, documento de identidad, para luego invitarme, con mucha delicadeza como suelen hacer los versado y cultos oficiales de la policía, a que comience a declarar.
              Después de escuchar atentamente mi relato me dice: -Muy bien señor. De acuerdo a lo que usted declara, saco en conclusión que los ladrones conocían su casa y sus costumbres, porque fueron directamente al lugar donde usted guardaba lo que le robaron, sin haber buscado en otros lugares de la casa-. -Permítame, señor oficial,- le contesté -Yo pienso que eso no es motivo para deducir que los ladrones me conocían. Es natural que sea el ropero en el dormitorio el primer lugar que revuelvan. Si no encuentran nada, siguen buscando en el resto de la casa. Yo pienso que al haber encontrado allí un buen botín, ante el temor de ser sorprendidos se contentaron con él y se escaparon-
              El oficial se quedó pensando unos momentos, y con un gesto que expresaba haber aceptado mi punto de vista, volvió a teclear. De un tirón extrajo la hoja de la máquina y me pidió que firmara mi declaración. Lógicamente antes de firmar leí lo que en el papel estaba impreso. No podía creer lo que ese aparentemente culto y versado oficial había escrito.
-No, señor oficial, usted no me entendió- le dje, -los ladrones me robaron solamente joyas, no un botín-.
Cómo entrenar a soldados.
              Una de las condiciones que debe tener un buen soldado, es saber cómo sobrevivir física y anímicamente en situaciones adversas, y poder acatar órdenes aunque no sean del agrado del soldado.
              Teníamos un sargento que encontró una manera muy eficaz para desarrollar en su gente esa última condición. Uno de los costados del campo de entrenamiento del batallón de comunicaciones de City Bell, donde yo prestaba servicio, lindaba con una angosta calle de tierra en donde había chalets que algunos habitantes de la ciudad de La Plata usaban para pasar las vacaciones o el fin de semana. Dos hermosas jovencitas solían ocupar uno de ellos. En horas de la mañana se sentaban para tomar sol en el jardín al frente de la casa, vestidas con trajes de baño que dejaban lucir sus esculturales piernas.
              El cruel sargento, cada vez que se enteraba que las niñas estaban en exposición, llevaba a su pelotón a marchar casi pegado al alambrado. Al pasar frente a las bellezas que descansaban sentadas a pocos metros a la izquierda de los soldados, un fuerte grito: -¡vista a la derecha!, derecha... ¡dre!!!- nos obligaba a girar la cabeza en sentido contrario durante la marcha. Por más que tratábamos de girar nuestras pupilas hacia el otro lado, nuestro campo visual no alcanzaba a involucrarlas, mientras que el desalmado suboficial las miraba y saludaba sonriendo.  
Milo Auerbach