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No hay que creer en brujas pero... - una nota de Milo Auerbach

No hay que creer en brujas, pero que las hay, las hay...

Hay ciertos fenómenos naturales a los que no podemos darle explicación. La ciencia no sabe explicar de manera racional cómo se producen. Me refiero a hechos sobrenaturales relatados por gente digna de crédito o registrados en la historia de la civilización. Pero el hombre, ese ser superior, el rey de la naturaleza, no puede dejar nada en el tintero. Si no lo sabe lo inventa usando su frondosa imaginación, sin que nada quede sin explicación.

Desde tiempos inmemorables todo aquello que el hombre pensante no podía explicar, se lo atribuía al temido y todo poderoso Dios, que llenaba los huecos que se creaban en su incontenible tendencia a explicarlo todo. La ciencia, el gran competidor de Dios, le fue quitando de a poco algunos logros, aunque todavía está infinitamente lejos de hacerlo por completo, porque Dios y el infinito son sinónimos para la mente humana. Si la ciencia no lo explica, es entonces la casualidad para los ateos, o la obra de Dios para los creyentes lo que aclara la incógnita.

Según los creyentes, los milagros relatados en la historia se deben a poderes sobrenaturales que Dios dotó a sus representantes terrenales. El poder de comunicación con los muertos que algunos humanos poseen, los llamados "mediums", son comunmente atribuidas a misteriosas condiciones innatas. La capacidad que tienen algunas personas de adivinar pensamientos, sufrimientos o intenciones ajenas no importa la distancia, y la capacidad de curar cuando la medicina convencional levanta las manos, son algunos de los misterios que el hombre le ha querido dar explicación usando en unos casos a la divinidad y en otros a la casualidad. Los escépticos le niegan veracidad si no lo vieron con sus propios ojos.

Algunos pasajes aparentemente inexplicables ocurridos durante mis 87 años de vida, me colocan entre el grupo de personas que le dan veracidad a estos casos. Y como no me diferencio del resto de los humanos, no puedo evitar el deseo de darles una explicación. Pero lo hago sin aferrarme a Dios ni a la casualidad. Veremos más adelante la explicación lógica que le he dado a esos hechos supuestamente sobrenaturales.

La transmisión de pensamientos.
Relataré algunos casos a los que doy fe porque los viví.
Comenzaré con un episodio ocurrido en la ciudad de La Plata, Argentina, en el año 1957.

Nuestra vivienda tenía un patio con un cuidado jardín en el fondo. Un perrito cachorro de raza mezclada, vivía en su cucha en un rincón del mismo. Lo tenia atado porque como era muy travieso, todo lo que estaba a su alcance era para él un juguete al que mordía con placer, incluyendo las plantas y las flores del jardín. Cada vez que el perrito veía que me acercaba para soltarlo y jugar con él, sus saltos de alegría no tenían fin. Tenerlo atado y verlo sufrir, no era para mi la solución. Es así que decidí regalarlo. El día que el cachorro me vio salir al patio, fingiendo la sonrisa de siempre pero esta vez con la intención de alejarlo de su hogar, en vez de saltar alegre se metió en su cucha negándose salir. Indiscutiblemente el perro leyó mi pensamiento.

Es común ver a estos fieles compañeros con su vista fija en el espacio inferior de la puerta de entrada y con sus orejas tensas, avisando la próxima llegada de un ser querido que no tardará en aparecer. Si bien en estos casos el reconocimiento de un olor conocido detectado por su fino olfato pudo haber sido el motivo del prematuro anuncio, no se descarta el mismo mecanismo que usó mi perrito cuando detectó mis malas intenciones.

Mi abuela que vivía en otra ciudad, aparecía en mi casa cada vez que yo me enfermaba, sin que nadie le dijera que su nieto estaba enfermo. Sentía a 60 kmts. de distancia, la necesidad de estar a su lado. Ante la pregunta de mi madre por el motivo de su inesperada visita, simplemente contestaba: -Yo sé que Milo está enfermo-

Ya estaba esclerótica con algunos momentos de lucidez, cuando la fui a visitar el mismo día que me casaba por segunda vez. Nunca supo que hacía más de un año que yo había enviudado. Después que me abrazó, me preguntó por el motivo de mi visita sabiendo que yo vivía lejos. Por supuesto no le dije la verdad. Pero no necesitó que se lo diga pues me miró con fijeza y me dijo: -Espero que lo que hagas lo sea con mucha suerte-.

Los gatos en época de celo, se sientan frente a frente y se miran largamente sin moverse como si estuvieran intercambiando ideas.

Las antenas de los insectos con seguridad deben transmitir o recibir cierto tipo de ondas.

Cuántas veces ha sucedido que al estar pensando en alguien, ese alguien se hace presente o le habla por teléfono a los pocos instantes. Cuántas veces ha sucedido que al querer expresar una frase, el interlocutor la dice antes. La frecuencia con que estos hechos suceden en algunas personas, hace creer que son debidos a algo más que a la casualidad.

No tenemos la menor duda de que en todos los casos relatados se produce un proceso de transmisión y recepción de estímulos sin contacto físico, que ninguno de nuestros conocidos sentidos puede captar.

Se sabe por lo que se estudia en física, que todo pasaje de corriente eléctrica por un conductor, produce a su alrededor un campo magnético que al variar produce a su vez corriente eléctrica inducida en otro conductor ubicado dentro de ese campo magnético. Los transformadores, alternadores, motores y muchos otros aparatos se basan en este fenómeno. También, por lo que se comprueba en fisiología, las transmisiones nerviosas no son otra cosa que variados pasajes de corriente eléctrica a través de las fibras nerviosas. Cuando trabaja el cerebro, es decir, cuando hace mover músculos, cuando recibe un estímulo, cuando piensa, etc., se ponen en circulación una enorme cantidad de pasajes eléctricos que generan campos magnéticos. Esto ya es suficiente para entender el fenómeno. Las ondas que se producen en el campo magnético, pueden ser detectadas y descifradas por otros cerebros sin depender de la distancia. Vemos en la actualidad cómo satélites artificiales transmiten a la tierra datos y fotos desde planetas muy lejanos. Existen entre los seres vivientes buenos y malos receptores. Los buenos receptores incrementan su capacidad receptora durante el estado hipnótico, en el que la mente puede estar mejor concentrada en una sola función.

El misterio de los mediums.

Los espiritistas consideran al alma como un ente independiente del cuerpo, que perdura aún cuando el cuerpo al que pertenece ya no existe. Al entrar en estado hipnótico, que lo pueden hacer sin la ayuda de un hipnólogo, el medium adquiere la capacidad de comunicaese con esas entes. En realidad el espiritista no habla con nadie, sino que sin saberlo, repite lo que le están transmitiendo sus clientes, favorecido por la agudización de su capacidad receptora que el estado hipnótico le produce. Por otro lado, personalmente pienso que el alma es producto de los sentidos y desaparece cuando el cuerpo lo hace.

Los milagros y las curas milagrosas.

En medicina se conoce como enfermedades psico-somáticas a aquellas enfermedades producidas por la imaginación del paciente. Generalmente se presenta en pacientes histéricos, pacientes que se sugestionan con suma facilidad y en los que entran en estado hipnótico con rapidez. El paciente presenta los síntomas propios de la enfermedad que dice tener, pero clínicamente no se detecta alteración orgánica alguna. La alteración orgánica puede aparecer si es que el paciente no es tratado a tiempo.

Es conocido el caso de enfermedad histérica que se relata en la película Candilejas, en donde Charles Chaplin con una cachetada hace bailar a su protegida bailarina quien se sentía paralizada.

En estos casos el tratamiento a través de la hipnosis puede dar espectaculares resultados.

Durante los primeros años de actividad como odontólogo, usé este tipo de tratatamiento después de haber concluido el curso correspondiente. Lo utilicé como anestesia, como tranquilizante y para evitar nauseas en las tomas de impresiones, con muy buen resultado en los casos que se prestaron al tratamiento.

Un caso que considero imprescindible contar para aclarar algunas curas milagrosas, no sucedió en el consultorio. Fue el caso de Ricardo, un niño de 12 años, sobrino de mi gran amigo Norberto ya fallecido. Ricardo vivía en Basavilbaso, Provincia de Entre Ríos, Argentina. Una mañana se levantó con una rodilla que no podía flexionar. Viajó a la ciudad de La Plata donde residía la familia de su tío, con el fin de ser tratado por un conocido traumatólogo de la Capital Federal que no logró curarlo. Problema mental, según diagnosticó el médico. A pedido de mi amigo, le hicimos unas pruebas de susceptibilidad a la hipnosis y comprobamos que el jovencito era extremadamente fácil de hipnotizar, y por lo tanto, muy sugestionable. Ricardo se había sugestionado por la huella que le había dejado en el ánimo, el tumor canceroso que no hacía mucho tiempo le habían extirpado de un muslo a sus querido tío Norberto. Por medio de la hipnosis, en menos de media hora Ricardo volvió a la normalidad. Al ver Norberto a su sobrino salir corriendo de la habitación donde lo tratamos, me gritó muy emocionado y sorprendido: -¡Jesucristo!-. Sin lugar a dudas, los milagros que a Jesús se le atribuyen, son casos parecidos a éste. De la misma manera se explican los éxitos que a veces tienen los curanderos y los "manos santas".

Son necesarias varias sesiones de entrenamiento hipnótico hasta lograr que el paciente pueda ser tratado sin que sienta dolor. Aunque no sea necesario llegar a la face final para comenzar el tratamiento odontológico, el grado denominado "sugestión post-hipnótica complicada" es el grado máximo al que pueden ser llevados algunos pacientes muy receptivos. El paciente en ese estado permanece con lo ojos abiertos, conversa con el profesional, pero puede sentir anestesiadas regiones de su cuerpo, como ser la mandíbula o una rodilla, sin haber recibido anestesia alguna, o ver objetos inexistentes como ser un reloj colgado del techo cuya hora puede repetir si el profesional se lo pregunta. Esto explica cómo es que algunos creyentes sugestionables aseguran haber visto llorar a la estatua que representa a la Virgen en la iglesia. También resuelve el misterio de la aparición de platos voladores y visiones varias.

Samuel Auerbach.
Natanya, Israel

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