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Juan Berisso - Biografía


Fuentes:
Notas publicadas por Jorge Ferreyra, tomadas del libro "Los Pioneers de la Industria Nacional" de M. C. Chueco - 1886 - Buenos Aires, publicadas en el Semanario "El Mundo de Berisso" en 1993.
Trabajo de la Municipalidad de Berisso sin fecha determinada.
Revista "Platenses en Diagonal" de fecha desconocida.


Juan Bautista Berisso nació en Lavagna, pequeña ciudad de Italia, el 15 de Febrero de 1833. Sus padres, José y Teresa, ambos de apellido paterno Berisso, pobres y humildes, sólo pudieron darle mezquina instrucción. Religiosas plegarias llenas de poesía y sentimiento, que entre tiernos besos su buena madre grabó en su memoria, y máximas de virtud, de rústica manera enseñadas por su progenitor, y a ser laborioso y constante, fue todo lo que aprendió en el hogar paterno. Tuvo ocho hermanos: María, Rosa, Luis, Colomba, Manuela, Catalina, Esteban José y María Ángela.

A los 8 años de edad empezó a ayudar a sus padres, trabajando al lado de ellos, en todo cuanto sus fuerzas se lo permitían. Allí, en ese oscuro y pobre lugar hubiera permanecido sin moverse, como los árboles que plantaron sus abuelos, si grandes ambiciones y nobles aspiraciones nacidas en la mañana de su vida, no le hubieran determinado a dejar el paterno asilo y la patria amada, y venir a buscar en las zonas extensísimas de la República Argentina un gran campo de acción a su actividad y a su varonil energía.

Merced a grandes sacrificios y muchas privaciones pudo Berisso, cuando recién iba a cumplir 15 años, tener lo absolutamente indispensable para trasladarse del pueblo de su nacimiento al Puerto de Buenos Aires. Sabía que con la pequeña suma que sus bondadosos padres ponían en sus manos, apenas tenía los recursos pecuniarios para poder llegar al término de su viaje, y que se encontraría a su arribo a un país lejano y desconocido, sin dinero y sin más medios de subsistencia que los que por sí mismo se proporcionase.

A pesar de eso no se arredró el valiente joven, y despidiéndose de sus parientes se dirigió a Génova, en cuyo puerto se embarcó en un buque de vela que con destino al Río de la Plata iba a levar las anclas. Después de abonar el importe de su pasaje, le quedaba a Berisso, como único capital, una moneda de plata española, valor de un peso fuerte. Pero bien pronto iba a tener que desprenderse de ella por motivo para él imprevisto: las autoridades marítimas cobraban en aquel tiempo, al pasar la visita a los buques que despachaban, cinco francos a todo pasajero que se embarcaba en aquel puerto. El joven emigrante dejaba, pues, su tierra natal sin tener un centavo y sin traer de ella más que un pequeño baúl en el cual guardaba bien pocas y humildes prendas de vestir.
Larga, penosa y triste fue la travesía del Atlántico.

Al llegar a Buenos Aires, su primer trabajo fue en una chanchería de calle Independencia entre Salta y Lima, donde ganó 120 pesos mensuales de aquel entonces. Trabajando día y noche, logró aumentar su remuneración a 300 pesos por mes. Allí trabajó tres años. Cuando dejó su empleo, abrió su propio despacho de carne en la calle Defensa, que le dejaba 50 pesos de ganancia por día. A los cinco meses lo vendió y abrió otro en los alrededores de la Iglesia de la Concepción.

A veces solo, otras veces asociado con terceros, trabajó algunos meses más en Buenos Aires. Cuando reunió un capital de 24.000 pesos moneda nacional, se lanzó a la campaña, donde continuó acrecentando su fortuna.

Un día, una terrible tormenta destruyó la tropa en la cual había gastado todo lo que tenía. Juan Berisso volvió a encontrarse pobre nuevamente. Vendió sus buenas prendas de vestir y recomenzó su actividad primitiva, asociándose con otro que al tiempo fugó llevándose el capital social.

Berisso volvió al trabajo como si cada golpe le diera nueva fuerza. Se une a tres nuevos socios y comienza una nueva actividad: la beneficiación de yeguas, con la cual obtuvo grandes ganancias. Con esta empresa dura hasta 1863, cuando comienza una nueva actividad industrial dando trabajo a centenares de hombres. Una vez consolidada y ampliada esa industria hasta lograr centuplicarla, vuelve a comprar haciendas y yeguas alzadas.

El 2 de febrero de 1860 se había casado con Luisa Bianchetti, con la cual tiene ocho hijos varones: Pedro, Juan José, Juan Antonio, Luis Gregorio, Manuel Enrique, Alfredo Federico Esteban, Federico y Emilio José. Por esos tiempos vivía en una casona de Av. Santa Fe 2325.

Reconstituye su capital para emprender actividades en gran escala. En la segunda mitad del siglo XIX, la industria de la salazón de carne se había extendido en Buenos Aires, las provincias del litoral y Santa Fe. Se asocia con Juan Solari y Tomás Vignale con el objeto de fundar un gran saladero. Con muy poco capital, pero logrando vencer dificultades y salir adelante, compran a Ambrosio Lezica un gran terreno sobre el Riachuelo, donde construyen ese primer saladero. Poco después construyen un segundo, que ocupan hasta 1871, año en que una disposición oficial que atribuye a los residuos arrojados por los saladeros al río la repetición de la epidemia de fiebre amarilla, se ven obligados a marcharse desde las orillas del Riachuelo de los Navíos a la campaña.

La Ensenada de Barragán se presenta como el lugar más propicio. Es entonces cuando Juan Berisso compra el 7 de junio de 1871 a Ángel Zurita y a sus hijos un gran lote de terreno con frente al Río de la Plata, profundiza y ensancha un gran zanjón ya existente y lo convierte en un arroyo navegable para buques de cabotaje.

El 10 de junio se dirige al Presidente de la Municipalidad solicitándole licencia para la construcción del establecimiento y posteriormente la iniciación de las faenas. Erige allí su tercer saladero, denominado "San Juan". Este ocupa alrededor de 28 hectáreas donde actualmente se halla el Centro Cívico. A su alrededor van apareciendo las viviendas de los trabajadores, que provenían en su mayoría de la inmigración italiana y vasca. La construcción, en total, lleva 43 días. Se inicia el 24 de junio (día que se toma como fecha de fundación de la ciudad de Berisso) y finaliza el 3 de agosto. Luego de algunos inconvenientes administrativos, recién el 27 de julio se le concede un permiso provisorio pero hay dudas de si realmente el 3 de agosto comenzaron las labores o si ya se habían iniciado "ilegalmente" y en esa fecha se legalizó.

Por la experiencia vivida junto al Riachuelo y previniendo que el funcionamiento de los saladeros pudiera ser perjudicial para la salud de la población, los residuos sólidos eran consumidos por cerdos tenidos en tierras linderas, y los líquidos (agua, sangre y salmuera) eran arrojados al agua por medio de chatas a una distancia considerable que no representara peligro de contaminación. En el Registro Oficial de la Provincia de 1872 hay un informe que dice que los saladeros existentes a esa fecha no podían ofrecer inconvenientes para la higiene pública.

Con 300 hombres a sus órdenes, comienza las actividades propias de la industria saladeril. Esa dotación de personal llegó a ser de 2.000 personas. Desde 1871 hasta 1878 se procesaron en el establecimiento 500.000 novillos y 300.000 yeguas.

Juan sumó a su fortuna astilleros, un taller mecánico, una compañía marítima y varias estancias. En 1880 compra una destilería y fábrica de alcohol, la que modifica y perfecciona, cambiando la administración. Era una fábrica que había dado grandes pérdidas a sus anteriores propietarios, pero Berisso la transforma en productora de enormes utilidades. Al mismo tiempo construye en la Avenida Montes de Oca, en el barrio de La Boca, sobre la margen derecha del Riachuelo de los Navíos (zona a veces conocida como "La Vuelta de Berisso", un recodo del arroyo), once grandes casas y un espacioso depósito. Esto le produce una renta de 1.900 pesos nacionales por mes.

Cuando Juan vio que su fortuna ya tenía bases sólidas, comienza a llamar a sus hermanos. Todos menos María y Rosa se vinieron a la Argentina. También hizo venir a su madre y a los hijos de Rosa. Los estimuló, los empleó y los asoció a sus negocios, y puso al servicio de ellos un capital y un gran crédito, sus conocimientos, y un inmenso caudal de experiencia. Con sus hermanos Manuel y Esteban adquiere tierras en la provincia de Entre Ríos, especialmente en Gualeguay, donde se radicaron sus hijos mayores y aún vive allí gran parte de la familia Berisso.

El 25 de octubre de 1881 fallece su esposa. Su madre también había muerto en esa misma casona de la Av. Santa Fe. En abril de 1884 contrae nuevo matrimonio con Victoria Solari, con la cual tiene dos hijos: Gerónimo José Félix y Anélida Máxima Catalina.

Por enero de 1893, estaba en muy malas condiciones físicas. Su esposa Victoria escribió el día 17 una carta a su cuñado Luis, quien residía en el que era entonces un barrio del nuevo Partido de La Plata, dándole cuenta del estado del ilustre enfermo. Le decía que el 15 de enero habían vuelto a operar a Juan, extrayéndole dos huesos grandes que habían comenzado a "careársele". La operación había durado dos horas y fue dolorosísima. El postoperatorio fue pésimo por la muy alta fiebre. La herida era muy profunda. Iba desde el dedo chico del pie casi hasta el tobillo. Victoria pensaba que iba a tener un mal final todo el proceso. Pedía a Luis que viajara a Buenos Aires en cuanto pudiera.

El 23 de enero de 1893, a los 58 años de edad, muere Juan Bautista Berisso, siendo enterrado en la Recoleta junto a su madre el día 25. Su bóveda, que aún existe, muestra varias esculturas de mármol de Carrara encargadas personalmente por Juan en Italia.

Recopilación del
Prof. Daniel A. Galatro
virtualoyd@hotmail.com

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