Las mujeres de Paraná nos expresamos:
A raíz de lo sucedido durante el XXV Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Paraná los días 9, 10 y 11 de octubre, un grupo de mujeres que participamos de dicho encuentro, queremos manifestarnos por este medio ya que consideramos que no se ha contado toda la verdad de lo acontecido, sobre todo en los medios masivos de comunicación.
Lamentablemente, al acercarnos a los distintos talleres de debate, íbamos con la intención de expresar nuestras opiniones y aportes ante los distintos e importantes temas que se tratarían en los talleres. Sin embargo, comprobamos que en la mayoría de ellos el tema recurrente era el de la legalización del aborto y que las opiniones contrarias eran muy mal recibidas, cuando no acalladas.
Peor aún sucedió en los talleres que específicamente trataban el tema del aborto. Allí, como en algunos otros, las mujeres que se manifestaron a favor de la vida y en contra de la legalización del aborto, fueron gravemente agredidas. Esta agresión, que comenzó con insultos, burlas, no escucha, impedimento de hablar y quita de la palabra, continuó hasta la brutal acción de echarlas a fuerza de empujones, trompadas, tirones de pelo, escupidas, patadas, pisotones.
Todo lo cual echa totalmente por tierra la supuesta intención del Encuentro Nacional de Mujeres de ser un espacio plural y democrático de diálogo y reflexión, donde la única condición para participar “teóricamente” es ser mujer. En la práctica, el Encuentro de Mujeres se constituyó en un espacio de falta de respeto, falta de imparcialidad, de agresión, de censura, de violencia e impunidad, casi inhumano, por no mencionar la total ausencia de lo típicamente femenino.
Las agresiones a las que aludimos incluyen: mujeres que fueron encerradas en aulas y sótanos antes de ser echadas brutalmente de los talleres (en algunos casos se lo intentó infructuosamente, incluso las organizadoras denunciaron hechos de este tipo durante la clausura); mujeres que se las arrastró por el piso, se las pateó y golpeó para sacarlas a la fuerza de la Escuela Sarmiento; mujeres a las que se les tiró orina y sustancias nocivas; mujeres a las que hicieron rodar por las escaleras sin tener la mínima consideración por su salud, su edad, su integridad, su vida. Una de estas señoras estuvo 9 horas internada en el Hospital San Martín y volvió a su casa con un cuello ortopédico, además de numerosas heridas y dolores.
Es cierto que frente a estos exabruptos algunos hombres quisieron entrar en la Escuela Sarmiento, pero sólo lo hicieron por llamado de las mujeres que desde adentro pedían ayuda desesperadamente. Y no es cierto que entraron a los talleres ni que fueron a golpear a nadie, sólo “rescataron” a las mujeres que, por expresar su postura de defensa de la vida desde la concepción, estaban siendo atacadas físicamente.
Se acusa a las mujeres y hombres católicos de haber golpeado y tirado gas pimienta. Sin embargo no hay ninguna foto o filmación que avale dicha afirmación. En cambio, sí hay numerosos registros del maltrato sufrido por las mujeres que se manifestaron a favor de la vida o que se presumía iban a hacerlo.
Finalmente, en la lectura de las conclusiones del Encuentro realizada el lunes 11 en el parque Berduc, con tristeza pudimos constatar que muchas de las posturas pro vida o que manifestaban un rechazo a la legalización del aborto habían sido sencillamente censuradas o, lo que es lo mismo, las hojas de las conclusiones “se habían extraviado”. De ahí se puede inferir el nivel de seriedad y honestidad del Encuentro, donde no todas las expresiones son igualmente acogidas y donde se pierde parte de los documentos conclusivos para los que muchas mujeres trabajamos –abandonando familia y obligaciones- durante dos días.
(La nota enviada por iesvs.org es más extensa).
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