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Opinión: Móvil criminal tricéfalo contra Libia - Por Azalea Robles



Móvil criminal tricéfalo contra Libia:

Agua, petróleo, reservas multimillonarias en divisas
Por Azalea Robles

Libia es la mayor potencia petrolera de África: produce alrededor de 2 millones de barriles de petróleo diarios, con un potencial estimado en más de 3 millones diarios. Su petróleo es de los más livianos del mundo, por lo que su coste de refinamiento y producción es más rentable que el del petróleo pesado.

Desde 2009 Gaddafi adelantaba un plan para nacionalizar el petróleo libio :“Los países exportadores de petróleo deben tender a la nacionalización” expresó en febrero 2009 ante el Congreso. El plan de nacionalización fue impedido por opositores en el mismo seno del gobierno: lograron retrasarlo en las votaciones de marzo 2009. Muchos de estos opositores a la nacionalización hoy fungen de “jefes rebeldes”.

Además Libia posee una inmensa reserva hídrica subterránea estimada en 35.000 kilómetros cúbicos de agua, que forma parte del Sistema Acuífero Nubio de Arenisca (NSAS), la mayor reserva fósil de agua del mundo. En los años ochenta Libia inició un proyecto a gran escala de aprovisionamiento de agua que aún está en construcción. El Gran Río Artificial de Libia es considerado uno de los más grandes proyectos de ingeniería y provee agua desde los acuíferos fósiles. El sistema que cubriría Libia, Egipto, Sudán y Chad sin recurrir a los fondos del FMI es algo que contraviene la aspiración del monopolio global de los recursos hídricos por parte de Occidente y potencia la seguridad alimentaria de una región aquejada por la escasez de agua para cultivos.

Por otro lado Libia poseía 200 mil millones de dólares de reservas internacionales que fueron confiscadas. Hugo Chávez, preguntó dónde están esos 200 mil millones de dólares de las reservas internacionales de Libia, que representan mucho más que el patrimonio de algunos países europeos que atraviesan grandes dificultades financieras. Estos son los móviles del crimen que actualmente cometen contra Libia los ejércitos de Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea. Los “bombardeos humanitarios” son algo absolutamente inverosímil cuyo cinismo desata indignación. La agresión contra Libia, país de 6,5 millones de habitantes que está teniendo que afrontar sólo los ejércitos descomunales de las mayores potencias bélicas del planeta, debería replantear los parámetros en los que se mueven los pueblos. Tal invasión cuestiona a las instituciones internacionales, cuyo rol abiertamente partisano y bélico no podía quedar más en evidencia. Tal invasión hace sonar las alertas en todos aquellos países que intentan emprender un camino mínimamente soberano pues significa no sólo la agresión contra el pueblo libio, sino el aviso de la plenipotencia del imperialismo estadounidense y europeo, en una cruzada acelerada por la captación de los recursos del planeta.

Es evidente que lo que tratan de hacer con Libia las potencias que gozan de total impunidad, es lo mismo que hicieron con Irak. El libreto de la CIA de fabricar la apariencia de “poblaciones rebeladas contra el tirano” (cuando el supuesto tirano no es amigo de Estados Unidos y la UE) está ya en marcha en Irán, Siria y Venezuela. Ya en el 2002 intentaron esa estrategia contra Venezuela, causando la masacre de Puente Llaguno, mediante franco tiradores y con mass-media que se prestaron al montaje.

El Objetivo es saquear a gusto y sin trabas y posicionarse geoestratégicamente: el objetivo nunca fue, ni será, para las potencias neo-coloniales, el “proteger a la población civil”; al contrario, están dispuestas a urdir montajes con víctimas reales para legitimar invasiones, dispuestas a fomentar mercenariato, dispuestas a bombardear un país destruyendo sus hospitales, sus centros de abastecimiento alimentario, y toda su infraestructura con tal de hacerse con sus riquezas.

La agresión contra Libia marca un paso más en la prepotencia del imperialismo y evidencia que las reglas del juego están hechas a su medida y a la medida de sus trampas: por lo tanto debería llevar a los pueblos a replantearse hasta qué medida el jugar con las reglas del juego del imperio es conveniente a sus intereses. Hoy las potencias bélicas, las productoras de armas, las que consumen el 80% de los recursos del planeta, agreden a Libia: castigándola por su protagonismo en los procesos panarabistas y socialistas de los años pasados, quebrándola por no adherir al AFRICOM, posesionándose geoestratégicamente para seguir saqueando y reprimiendo a los pueblos de la región y del mundo. A pesar de las concesiones que Libia hizo a occidente en los últimos años (presionada tras decenios de embargo); el hecho que en el 2009 Gaddafi planteara nacionalizaciones hizo que soterradamente las potencias imperiales aceleraran esta agresión descomunal, ayudadas por una élite corrupta en Libia, que ellas mismas amamantaron desde “la apertura”. Esta agresión debería hacerse cuestionar a más de un líder que se acoge a las reglas del juego que propone el “mundo libre”. ¿Cómo protegerse? ¿Cabe realmente acatar las listas del imperio que mantienen a los pueblos en la indignidad? Está claro que todo pueblo que busque un mínimo de soberanía corre un riesgo inminente.
 
www.azalearobles.blogspot.com
Enviado por su autora.

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