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La mentira como arma eficaz

Samuel (Milo) Auerbach.
Según lo que se desprende de una nota de una persona muy preocupada que me llegó del exterior, los árabes han vuelto a difundir un archivo en el que se hace mención a un viejo episodio ocurrido hace más de nueve años, para ser más preciso, el día 16 de marzo del año 2003, con el sólo vil e incansable propósito de seguir difamando a Israel a base de mentiras o tergiversando hechos.
Nuevamente esta circulando por Internet un pps perfectamente armado y con fondo musical, en el que se ve a un israelí conduciendo un Bulldozer que destruye viviendas palestinas en la frontera con Gaza.
Con material gráfico se pretende mostrar cómo el conductor aplasta mortalmente a una activista americana que "lucha por la paz entre palestinos e israelíes", mientras está sentada frente a la máquina tratando de evitar con su cuerpo que el tractorista siga demoliendo viviendas.
Lo que sucedía era que el Bulldozer se ocupaba de destruir casas cerca de la frontera con Egipto, que eran los lugares donde los terroristas escondían las bocas de los túneles por donde introducían a la franja de Gaza elementos bélicos para bombardear el sur de Israel.
Gracias a una demanda por 300 mil dólares presentada por los padres de la activista norteamericana pro-palestina Rachel Corrie, el Tribunal del Distrito de Haifa tuvo oportunidad de difundir hace poco la estricta verdad, aunque jamás ningún israelí dudó de la inocencia del tractorista. No dio lugar a la demanda pues dictaminó que su hija murió víctima de su propia negligencia.
La investigación judicial indicó entre otras consideraciones, que la máquina excavadora se desplazaba a un kilómetro por hora, en el momento del accidente.
Pero por sobre todo, Corrie ingresó intencionalmente y sin permiso en una "zona de guerra" y se subió a un montículo de barro creyendo que el maquinista la estaba viendo. No murió atropellada por la pala de la topadora sino por los escombros y el barro que le cayeron encima.
Pruebas perfectamente documentadas, demuestran cómo un accidente tergiversado es usado por los árabes y sus simpatizantes, como eficaz arma mediática contra el Estado de Israel. También es de conocimiento público, la habilidad que los palestinos tienen para concebir escenas cinematográficas, muchas veces bajo la dirección y creatividad de periodistas y fotógrafos pro palestinos en busca de trabajo, que luego difunden para denigrar a los israelíes.
Desde tiempos inmemorables hasta el día de hoy, los enemigos del pueblo judío hicieron de la falsedad, un eficaz medio para acrecentar el odio hacia él. Citaremos algunos conocidos infundios comenzando por los más antiguos.
En épocas remotas el libelo de sangre afirmaba que "los judíos hacen su pan ázimo (matzá) con la sangre de niños griegos, a los que engordan previamente en el templo durante un año". Durante la edad media esa misma calumnia se difundió profusamente, con la diferencia que en ese período aseguraba que los niños sacrificados eran cristianos. Otro viejo disparate fue "los protocolos de los sabios de Sion", libelo antisemita publicado por primera vez en la Rusia zarista en el año 1902 para justificar ideológicamente los pogroms que sufrían los judíos. Entre las ridículas mentiras más actuales se encuentran los esfuerzos para adjudicar a la administración Bush y a los sionistas, la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001. "El holocausto no existió", "la masacre de turistas israelíes en Bulgaria fue preparada por el Mosad", y "el ejército israelí mató a 16 soldados egipcios en el Sinai", son otras increíbles patrañas que fueron difundidas por los antisemitas y enemigos de Israel con la facilidad que los medios actuales les proporcionan, para su deleite y como material desinformante entre ignorantes y dubitativos de fácil embaucar.
¿Porqué esos activistas en aquel entonces no se dedicaron a impedir que Gaza siga siendo utilizada como catapulta para sus mortales provocaciones, en vez de evitar que Israel se defienda?. ¿No sabían acaso que con ello se hubiera podido detener esos antipáticos desalojos que tanto dolían a inocentes palestinos como a israelíes sedientos de paz?
Samuel Auerbach.
Natanya, Israel.
milo11@bezeqint.net

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