Conociéndonos

**

Cargando...

Memorias del atardecer

Juan Francisco Klimaitis dice no ser poeta sino naturalista. Sin embargo sus escritos destilan poesía. Como las "Memorias del atardecer", uno de sus libros terminado de imprimir en el atardecer del 2004.
Esta entrada nos va a permitir recopilar de su propia inspiración una serie de datos acerca de él que iremos desgranando a medida que recorremos sus páginas. Serán quizá pequeños retratos hablados para que un día cualquiera alguien pueda reconstruir aspectos de un Klimaitis que desde hace ya mucho tiempo es parte fundamental del acervo cultural de Berisso.
Si le interesa, de vez en cuando échele un vistazo a este lugar de internet. Porque tal vez halle algún nuevo retrato, tomado de su propia obra o de quién sabe dónde lo hayamos procurado, y de ese modo, el rompecabezas que es toda alma humana sencillamente compleja o complejamente simple, vaya tomando una forma más parecida a la inalcanzable totalidad final.
***
RETRATO 1 (por él mismo).
(Hablando de sus padres venidos de Lituania)
Con lentitud, se insertaron en la realidad de una sociedad desconocida y traumática por su novedad. A poco de instalados en Berisso sobrevino mi nacimiento, en la misma década recordada por la máxima inundación del Río de la Plata en el casco urbano, que sobrepasó el metro de altura. Crecí en consecuencia, siguiendo los avatares de la naturaleza ribereña, trágica a veces, pero con mayor frecuencia beneficiosa al brindarnos frutos de chacra, viñas y recreo en playas. Un poco por carácter, otro más por bagaje genético, a partir de su adaptación a las costumbres argentina y a la idiosincracia regional - crisol de razas - , ellos me transmitieron rica herencia, sin mezquindades.
***

RETRATO 2 (por él mismo).

(Hablando de sus primeros años de vida)

Mi niñez y adolescencia transcurrieron, en gran medida, en una región rural de Berisso, Los Talas, junto al Río de la Plata. Tierra aluvial, negra y con yacimientos de conchilla en albardones paralelos a la costa, desarrolla en bosque xeromórfico de talas, molles, coronillos y cinacinas, zona apta para el cultivo de hortalizas, viñedos y parcelas maderables de sauce. En ese espacio voló mi espíritu, tratando de atrapar los mil y un duendes que lo poblaban, siempre elusivos entre tantos verdes magnánimos y dorados pajonales.

***

RETRATO 3 (Por Flavio Nicolás Moschione).

(En la contratapa de "Memorias del atardecer")

Sin duda son muchas las emociones que Juan ha dejado atrapadas en el libro con los distintos hechos y personajes. Pero una de ellas trasciende y se escapa de cada página, y será imposible no percibirla. Es natural, ya que es uno de los atributos más personales de Juan. Rasgo sobresaliente, inmenso, del cual jamás pudo desprenderse y que nunca ha logrado disimular. El mismo que fuera marcando intensamente su relación con los demás, así como todas las instancias de su existencia. Entusiasmo, su cualidad más desarrollada, emana del papel. Seguramente nutrido en otra capacidad tan extraña para estos tiempos, la de alegrarse y disfrutar los logros y gracias de otras personas como si fueran suyos. Y es tanto el entusiasmo que nos transmite, con su abierta manera de induir a la reflexión sin imponernos conclusiones autoritarias, que despertará en nosotros otras imágenes, historias y puntos de vista, contagiándonos las ganas para transitar también nuevos caminos.

***

No hay comentarios: